Puntuación: 2 de 5.

“El tiempo es el más indefinible pero paradójico de las cosas; el pasado se ha ido, el futuro no ha llegado, y el presente se convierte en el pasado incluso mientras intentamos definirlo, y como el destello de relámpagos, a la vez existe y expira.” Charles Caleb Colton (1780-1832)

El presente nunca ha sido suficiente. Ambicioso e insaciable el cine siempre ha querido viajar en el tiempo. O tal vez somos nosotros los insaciables y de ahí el cine se ha contagiado. El pasado y el futuro son lugares que los guiones han explorado en múltiples perspectivas. Podemos remontarnos hasta 1921 y por ahí ya nos toparemos con A Connecticut Yankee in King Arthur’s Court de Emmett J. Flynn, el filme es una adaptación de la novela homónima de Mark Twain y es una de las primeras aventuras de viajes en el tiempo que se capturó en celuloide.

Mucho ha llovido desde la era del cine silente y muchas son las historias que han fantaseado con la idea de visitar épocas pasadas o futuras. A esa larga lista ahora podemos añadir The Tomorrow War (2021) de Chris McKay (The Lego Batman Movie) en la cual Chris Pratt tendrá que salvar al mundo de la aniquilación total viajando al futuro a pelear una guerra que aún no llega. El Dan Forester de Pratt se perfila como un hombre común que persevera para conseguir lo mejor para su familia, su cotidianidad se fragmenta cuando un mensaje del futuro le anuncia al mundo que deben prepararse para una guerra que está por venir si quieren que la vida en el planeta continúe. Con el mundo en histeria total y las potencias mundiales maquinando estrategias para salir vencedores el guión de Zach Dean (Deadfall) aprovecha el caos para catalizar la acción.

Por lo regular los filmes que se embarcan en los caminos de la ciencia ficción y que exploran paradojas espacio-tiempo suelen plantear las bases sobre las cuales el espectador puede comprender los problemas que se plantean. En ese universo particular que representa cada película el marco de lo verosímil se ciñe a ese marco teórico en el cual sus personajes se desarrollan. Sin ánimo de pretender a Stephen Hawking, lo que propone The Tomorrow War no tiene ni pies ni cabeza. Lo de los viajes en el tiempo es aquí una simple excusa para poner a sus protagonistas a correr de aquí para allá y acercarlos a peligros inimaginables solo para generar una descarga de adrenalina y justificar el presupuesto de efectos visuales.

Lo que arman el señor McKay y su equipo es un desabrido híbrido entre Edge of Tomorrow (2014), a la cual hasta le calcaron el afiche, y los monstruos de Alien (1979). Chris Pratt desfila sin carisma y el elenco que le acompaña corre la misma suerte. Los personajes no tienen profundidad alguna y son estereotipos que podemos medir de manera milimétrica. El intento más fuerte de la historia es el de emparejar a ese Dan Forester con su hija Muri (Yvonne Strahovski) procurando enganchar a la audiencia desde el aspecto emotivo, pero es un intento vano. Es muy poco el soporte de sus roles como para que realmente nos importen más allá de sus peleas contra la amenaza alienígena.

Ahora quisiera tener una máquina del tiempo para viajar al pasado y restringirme de apretar el botón de play y recobrar esas 2 horas y 18 minutos que le dediqué a The Tomorrow War.