Puntuación: 3 de 5.

Con Guerra Civil (2024) el director Alex Garland se imagina un futuro cercano desastroso. Los Estados Unidos de Norte América vive una guerra civil y la nación se encuentra dividida en dos facciones. Es en este contexto que lleva por un tormentoso road trip encabezado por la veterana fotorreportera Lee (Kristen Dunst). Fue con 28 Días Después (2002) que Garland comenzó a levantar miradas, su labor como guionista fue aclamada por críticos y por el público. Luego de eso debutó como director en 2014 con el thriller de ciencia ficción Ex Machina.

La distopía de Garland no está lejos de la realidad que vive el Estados Unidos de la actualidad. La crudeza de las imágenes de Guerra Civil la podemos ver a diario en cualquier noticiero. El guión, del propio Garland, exagera con el propósito de establecer las líneas de su discurso. En medio de la destrucción y el caos que arropa a la nación de las barras y las estrellas, el veterano periodista Joel (Wagner Moura) quiere conseguir una entrevista con el presidente, pero llegar hasta la casa de gobierno parece una misión suicida. A la mezcla se agrega el personaje de Jessie (Cailee Spaeny) una joven fotógrafa aspirante a reportera.

La inevitable Guerra Civil

Guerra Civil se cuenta desde dos perspectivas principales. Primero tenemos a Lee que carga con la experiencia de los años que viene acompañada con el trauma, el dolor y el agobio. El horror de la guerra comienza a pasar factura y Lee está cerca del punto de quiebre. Del otro lado está la ingenuidad de Jessie, que idolatra a Lee y que no se imagina el precio que ha tenido que pagar para lograr estas fotos que la han convertido en una leyenda.

Las múltiples líneas narrativas se convierten por momentos en un punto débil del filme. Es fácil comprender el personaje de Lee y hasta cierto punto del de Jessie, pero pasamos mucho tiempo consumiendo a los personajes secundarios que en su mayoría se nos dan de manera apresurada y algunas de esas líneas se sienten truncadas. La puesta en escena es impecable y Garland concibe secuencias de un alto valor cinematográfico que resultan visualmente poderosas. El manejo de la tensión es otro recurso que se emplea de manera muy efectiva.

Como crítica social y política Guerra Civil se siente por momentos tosca. El planteamiento es efectivo y la ejecución de algunos arcos narrativos funciona, pero en su totalidad se siente desigual con momentos muy altos y otros muy bajos. Garland se ve más efectivo cuando enfila por el trhiller y es ahí donde el filme vibra con mayor fuerza. Kristen Dunst aporta lo mejor a nivel de interpretación y Wagner Moura se siente superficial.

Estamos ante un filme bien planteado y técnicamente ejecutado sin contratiempos pero que desaprovecha material para explorar de manera más profunda sus personajes.