El cine siempre ha sentido fascinación por las historias sobre extraterrestres. The Vast of Night (2019) de Andrew Patterson viene a sumarse a esa larga lista de títulos que exploran el tema. La norma en las películas del género es la grandilocuencia y los efectos para crear historias excitantes. Aquí el camino es otro, no hay grandes batallas, no hay grandes naves espaciales, no hay figuras aterradoras provenientes de otros planetas. Patterson se las arregla con un guión que prescinde de los artificios visuales y se apega a elementos menos llamativos, pero efectivos. Es en la cadencia del ritmo narrativo y la precisión de los diálogos donde el filme encuentra más oxígeno.

Sin crear nada nuevo el filme se muestra refrescante en la forma en como propone y desarrolla el tema. Desde ese primer plano, que se prolonga y sentimos que no termina, estamos a merced de la historia. Una pantalla de televisión nos invita a entrar a la historia y desde ahí nos creemos espectadores mirando una serie de ciencia ficción desde nuestro sofá. A lo largo del filme volveremos a recordar esa pantalla en la cual nos sumergimos al inicio.

Lo vasto de la noche

En ese olvidado pueblo de nuevo de Nuevo México y en una noche cualquiera en los años 50, ese aparato de televisión que mencionamos nos hace una invitación. El titular nos hace entender que vemos una suerte de capítulo de “Paradox Theater” que bien podría ser un episodio cualquiera de la memorable The Twilight Zone (1959-1964). Así entramos a las vidas de algunos de los residentes de Cayuga y en especial al mundo de esa Fay (Sierra McCormick) y de Everett (Jake Horowitz). La impetuosa Fay no para de hablar y desborda excitación por una nueva grabadora que ha recibido. Everett es un popular DJ en una estación local, vemos a Fay asediarlo para que le explique cómo usar su nueva grabadora y Everett, aunque amigable, se muestra un poco soberbio.

Ese esa Fay que percibe un extraño ruido mientras opera su consola de comunicación telefónica y hace que Everett escuche el peculiar sonido. Es en ese punto que el guión comienza su ascenso dramático y se ayuda con el recurso del antagonista omnipresente para asediarnos hasta el final. Sabemos que algo peligroso acecha a los desprevenidos moradores, pero nunca lo vemos. Es lo que transcurre fuera de escena lo que genera el suspenso, mientras que en las secuencias nos agobian los ángulos cerrados o las tomas desde detrás de los personajes.

The Vast of Night

Jake Horowitz, Sierra McCormick (Google images)

La dimensión desconocida

Sierra McCormick y Jake Horowitz llevan la carga más pesada. Casi todo el tiempo están en escena y los diálogos son interminables. Cada uno resuelve su personaje de manera más que convincente. Por suerte para ellos la edición, que realiza el mismo director, es brillante y otorga la agilidad necesaria en un relato que tiene un tono más bien pausado. Ese viaje a lo desconocido de Fay y Everett nos llega desde el lente de M.I. Littin-Menz (hijo del conocido director Miguel Littin). Su cámara aprovecha al máximo la baja iluminación para dar contexto al aura de misterio que persigue el filme.

The Vast of Night es la obra debut de Andrew Patterson y con ella el director logra una película de género efectiva y que encuentra la forma de superar los convencionalismos. El debutante logra una película sin muchas pretensiones pero que resulta entretenida y sobre todo técnicamente impecable.

7/10