El sueco Gustav Moller debuta pisando fuerte. The Guilty es su primer largometraje y además de dirigir también comparte créditos como guionista. El cine es como la vida, en ambos no hay segunda oportunidad para una primera impresión. Si bien los directores pueden tener tiempo para desarrollar su obra y probar su talento, no hay nada como una opera prima deslumbrante. Moller inscribe su nombre junto a selecto grupo de realizadores que han salido por la puerta grande en su debut.

The Guilty representa un desafío aún mayor pues se trata de una película rodada en una sola locación y donde todo reposa sobre un solo actor. A la mente me viene de inmediato la película “Día y Noche” de 2004, también de nacionalidad Sueca y que conecta mucho en su estilo con la presente. O tal vez podemos evocar  a “Locke” del año 2013 protagonizada por Tom Hardy. Y así podríamos seguir: Phone Booth (2002), Cast Away (2000), All is Lost (2013) y la lista pica y se extiende.

La Culpa

Asger (Jakob Cedergren) se nos introduce tan pronto se abre el lente. Este policía del que no sabemos nada se encuentra atendiendo las líneas en el centro de llamadas de emergencia. Uno pocos minutos más tarde podemos deducir que se encuentra ahí por una especie de “castigo”. En la cabeza de Asger hay mucha tribulación por un evento reciente que aparenta le puede costar su carrera. Cerca del final de su turno nuestro protagonista recibe una llamada que le cambiará la vida. De otro lado de la línea se escucha una voz femenina entrecortada, atinamos a escuchar que se llama Iben. Usando su experiencia Asger logra extraer la información necesaria para determinar que Iben se encuentra en serios apuros y que el tiempo juega en su contra.

Una vez el director pone todas las cartas sobre la mesa The Guilty comienza un viaje de tensión absoluta. Como único recurso ese Asger, su teléfono y las frecuentes interacciones de los interlocutores a los que nunca vemos. La angustia crece por lo complejo que resulta el caso que tiene en sus manos y la imposibilidad de actuar más allá del escritorio. La trama que subyace es la de Asger el hombre, no el policía. Los detalles que vamos descubriendo le dan mayor profundidad emocional a su personaje y logran justificar su proceder.

Jakob Cedergren

Jakob Cedergren (Fuente Externa)

Somos la policía, somos los protectores

La urgencia de hacer un bien para reparar un error empuja a Asger a caminar por senderos pantanosos. La cámara no tiene mucho espacio para pasearse y esa es la idea. Moller nos confina no sólo a la pequeña oficina sino también a lo más profundo del alma de Asger. Los primeros planos engrandecen la fabulosa actuación de Jakob Cedergren y despliegan todas las emociones necesarias para mantenernos al borde del asiento.

El guion se las ingenia para contarnos un thriller desde un asiento y con una serie de llamadas telefónicas como punta de lanza. Los puntos de giro funcionan a la perfección y casi todos nos encuentran con la guardia abajo. The Guilty funciona gracias a la poderosa actuación de su protagonista y al ingenio creativo de las situaciones que se generan con las acciones del mismo.

9/10