Puntuación: 3 de 5.

Recuerdo cuando empecé a escribir sobre cine. Uno de esos primeros artículos iba sobre mis héroes de las películas de acción. SLY (2023) el documental que recoge la carrera cinematográfica de Sylvester Stallone, me hizo volver a aquel momento  y a la motivación que generó ese tosco escrito. Esos héroes de celuloide que Hollywood engendró fueron mi refugio favorito por años y ahí siempre me encontraba con ese Stallone. Es imposible imaginar la historia del cine sin Rocky, sin Rambo, sin Cobra, sin Tango, sin John Spartan…

El documental de Thom Zimy se nos cuenta en primera persona y con las reflexiones de un Stallone que contempla el ocaso viajamos al pasado para ver el origen de la leyenda. Son pocas las figuras que han subido tan alto y han logrado mantenerse por tanto tiempo. Tal como su personaje de Rocky Balboa, Satllone ha tenido que soportar duros golpes y caídas estrepitosas en el cine y en la vida pero se ha levantado para seguir peleando. El cine le dio todo y con el tiempo se convirtió en un vehículo con el cual canalizó frustraciones y por momentos fue también una burbuja que lo aislaba de su realidad.

SLY: Las leyendas se hacen

El ritmo narrativo de SLY se logra con una combinación de narración anecdótica y las imagenes del hogar que está siendo desmantelando. La tormentosa relación con el padre asoma de manera frecuente y se convierte en un punto de pivote en el relato que nos lleva entender muchas de las motivaciones y de las decisiones de Stallone. Ver el lado humano de esa figura que en la pantalla parece más grande que la vida misma no hace que se disminuya sino que engrandece aún más el mito. Cada elemento que se va removiendo de esa casa esconde una historia, en la película de su propia vida Sly parece buscar un nuevo horizonte mientras pasa balance de sus aciertos y fallas. 

Puede que SLY se apoye en la nostalgia pero este es un recurso que se justifica en la forma y en el fondo y en como se usa para el servicio de la historia. Stallone como nuestro narrador es tan magnético como lo ha sido en sus interpretaciones icónicas. La edición de Annie Salsich es otro elemento fundamental para que este documental mantenga un ritmo ágil. Tal vez donde mejor se combinan el director Thom Zimy y Salsich es en la composición del subtexto que se crea con la estatua de Rocky que sirve de hilo conductor de la historia. Visualmente una de las mejores secuencias se centra precisamente en esta escultura y el momento en que es desmontada de su pedestal.

SLY es un documental muy bien estructurado que examina una de las figuras más importantes de la historia del cine, una de las últimas super-estrellas y nos da un acceso exclusivo tras bastidores para dejarnos ver luces y sombras del hombre antes de la leyenda y del hombre que a veces intenta separarse de la leyenda.