Juanita marca el tercer largometraje desde la silla del director para Leticia Tonos. Desde su opera prima “La Hija Natural”, el componente social ha estado presente en todas sus películas. La presente no es la excepción. Ahora Tonos se adentra en el milenario tema de la migración. Un tema intrínseco del ser humano y que ha marcado social y culturalmente a la República Dominicana.

Montada sobre la clave de una comedia dramática la directora nos sumerge en el mundo de Juanita (Cheddy García), una dominicana que decidió probar mejor suerte en España. Justo en la primera secuencia del filme nos damos cuenta que las cosas no fueron muy bien para Juanita y acto seguido vamos a conocer a Mariano (Tito Valverde) que vendrá para convertirse en una especie de salvador. La inusual relación que se gesta entre Juanita y Mariano es el catalizador de esta historia.

Volvió Juanita y Dijo que no Volvía

Leticia Tonos construye su película desde la base de un mito, una leyenda. Un merengue que con el tiempo se ha convertido en un símbolo de una nación y un emblema para el dominicano que regresa desde la diáspora. El “Volvió Juanita” que inmortalizaran Milly, Jocelyn y Los Vecinos disfraza de alegría y fiesta todo lo que hay detrás del ausente que regresa a su tierra.

La Juanita de nuestra historia no regresa cuando quiere o como quiere sino más bien cuando se da la coyuntura. Es un camaleón que se adapta para sobrevivir. De igual forma Mariano encuentra en el sueño de Juanita una excusa para escapar a su vacío y se aferra a eso con una esperanza incierta. La llegada a la tierra natal representa la prueba de fuego para Juanita y Mariano, ambos tienen agendas muy diferentes aun cuando pretendan engañarse pretendiendo mirar en la misma dirección.

En Juanita se pone de relieve el impacto que representa en la familia la migración cuando esta se da de manera parcial. Cuando es una de las figuras del núcleo que se va y las otras permanecen. Juanita regresa para ser una extraña y sus propios hijos ya no conectan con ella. Mariano por su parte busca en un lugar desconocido un confort para llenar su vida.

Interesante el guiño que hace la directora utilizando a Milly Quezada, quien fuera la responsable de crear la leyenda de Juanita, para dar vida al personaje de Doña Socorro.

Escena de Juanita

Mariano y Juanita (Fuente Externa)

El Sapo y El Escorpión

El punto más destacable de Juanita es el paralelismo que la directora logra con la fábula del Sapo y el Escorpión. Sus personajes se amoldan muy bien con el símil. Nos queda bien claro que el personaje de Cheddy es un escorpión y que su naturaleza es la de “picar”. Por su lado Tito Valverde con su Mariano, tendrá que conformase con ser el sapo.

Un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río prometiendo no hacerle ningún daño, pues si lo hacía, ambas morirían ahogadas. La rana accede subiéndole a sus espaldas pero cuando están a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta le pregunta incrédula «¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos», ante lo que el escorpión responde: «no he tenido elección, es mi naturaleza».

El discurso de Tonos es coherente pero hay fragilidad en la narrativa de la historia. Son muchos los frentes que se abren a medida que la película se desenvuelve y muchos de ellos solo se tratan de manera superficial. Las soluciones de los conflictos se apresuran y con la prisa el filme pierde fuerzas. A pesar de que hay honestidad en los personajes no podemos conectar con todos pues el trasfondo de sus historias se nos da de forma acelerada.

Recuerdo que cuando vi “Cristo Rey” pude sentir que el tema social quedó relegado a segundo plano. Ahora con Junaita las cosas son diferentes aun cuando si podemos reclamarle a Tonos que pudo recorrer más distancia con un tema tan crucial. El tiempo que se dedica a los personajes secundarios pudo quedar mejor empleado profundizando más en Juanita y Mariano.

Tener la maleta lista

Hay cierta reivindicación en la secuencia final y sin intención de estropearla podemos decir que el recurso de la maleta se muestra efectivo.

La tercera obra de Leticia tonos muestra una cineasta de oficio con más madurez, aun apegada a algunas conveniencias del cine comercial para adornar la ficción pero que deja ver su marca con más firmeza.

7/10