En la sección de presentaciones especiales del festival de Toronto 2019 estaba Human Capital. El filme de Marc Meyers es un remake del filme Italiano homónimo del año 2013, ambos a su vez se inspiran en la novela de Stephen Amidon. Cuando entré a la sala no tenía ninguna referencia sobre este filme más que algunos nombres de sus protagonistas, la premisa sonaba interesante y algunos comentarios daban buenas recomendaciones del mismo. Algo me hizo recordar la fantástica película de Rumanía Child’s Pose (2013) y ese fue el empujón definitivo para entrar a la sala.

No he cruzado caminos con la versión italiana de Human Capital, es decir que mí única referencia es la presente de Marc Meyers.  En la secuencia inicial de la película vemos un celebración y a seguidas un accidente. Es ahí donde el guión siembra la intriga y hace que el espectador comience a elucubrar conjeturas. La historia nos lleva hasta Drew (Liev Schreiber) un vendedor de bienes raíces que atraviesa un momento difícil en su vida y también conocemos a su hija Shannon (Maya Hawke). La vida de la familia de Drew se conecta con Quint Mannig (Peter Sarsgaard) y su esposa Carrie (Marisa Tomei), primero desde un plano social y luego por eventos que desencadenan en una relación más peligrosa.

EL CAPITAL HUMANO

El guión de Oren Moverman (The Mesenger) pone a la audiencia a confrontar la realidad del ser humano en situaciones extremas. El muy en boga término de “capital humano” se aplica aquí para hacer una introspección a nuestros protagonistas, todos encarando momentos cruciales y tomando decisiones que pueden parecer irracionales. Marc Meyers se decide por el recurso del flashback para llevarnos por este drama familiar, la información se le da a la audiencia en pequeñas dosis como una táctica para aumentar la tensión y arrastrarnos ansiosos hasta el final.

Human Capital

Peter Sarsgaard y Liev Schriber (Google Images)

Pero Human Capital falla en su ejecución, la forma parece importar más que el fondo. Aquí nos motivan más los momentos aislados que ofrecen los actores que lo que la historia nos quiere contar. Las soluciones se dan apresuradas y algunas líneas narrativas poco aportan a la historia. La fuerza recae sobre Drew y su relación con Quint y en un segundo plano está Shannon que sirve como el nexo entre ambas familias. Si bien hay espacio para desarrollar el plano central de la historia la misma pierde fuerza cuando se insertan trazos de Carrie y su estropeada relación matrimonial entre otras secuencias que no suman al discurso central.

Lo mejor de esta Human Capital es los destellos que deja ver de Maya Hawke a quién conocimos en la tercera temporada de Stranger Things. La hija de Ethan Hawke y Uma Thurman parece tener un futuro promisorio. Fuera de ahí es una película muy convencional y no desarrolla todo el potencial que presenta su historia. La expectativa que se lograr crear en su primer acto se desvanece rápido.

6/10