Puntuación: 4.5 de 5.

El duelo nos desafía a amar una vez más (Terry Tempest Williams)

Con la misma inevitabilidad que transcurren las estaciones del año, así nos llega la tragedia que presagia Fragmentos de una Mujer. Desde que sube el telón, aún sin saber nada sobre el filme de Kornél Mundruczó (White God, Johanna), podemos sospechar que se avecina una tormenta. No por casualidad el director húngaro nos saluda con el otoño, presagio del frío y la oscuridad que reinará sobre sus personajes centrales. El invierno trae el nudo de su historia y la parte más difícil de digerir para el espectador.

Martha (Vanessa Kirby) y Sean (Shia LaBeouf) esperan su primer bebé y han decidido realizar la labor de parto en su propio hogar en compañía de una partera. Con una impresionante secuencia donde la cámara de Benjamin Loeb (Mandy) se hace protagonista absoluta, en solo minutos absorbemos todo el mundo de Martha y Sean. De un solo bocado probamos todo, su pasado, presente y hasta profetizamos su futuro. Ese clímax prematuro que llega en el preciso momento del ansiado parto se magnífica con la escurridiza cámara de Loeb que nos convierte en voyeristas involuntarios.

Fragmentos de Martha

Vanessa Kirby es el corazón del guión de Kata Wéber (Jupiter’s Moon). Un verdadero tour de force es lo que entrega Kirby dando vida a esa Martha que se rompe y se reconstruye ante nuestros ojos. Es fácil conectar con su dolor y seguirle paso a paso en su peregrinar. Los que orbitan a su alrededor nos dan una perspectiva más profunda de sus razones y acciones. El Sean de Shia LaBeouf se muestra potente, pero resulta casi imposible no palidecer ante el brillo de la Kirby.

El discurso de Mundruczó hace una transición que pasa del duelo a un proceso de aceptación y perdón. Se muestra estable y no se contradice en su composición y puesta en escena. Si bien en momentos se decide por abordar las líneas del melodrama no se entrega por completo y mantiene la fuerza de la historia. Ya sea empujando bien profundo para rebuscar en el alma de Martha o suministrando una dosis de realidad pura con el Sean que mira desde el lado del camino como el bombero que se ha quedado sin recursos para extinguir el fuego.

Morir para nacer

Con la muerte se incendia todo el bosque. La estabilidad familiar se zarandea y la frágil relación madre-hija se quiebra de manera definitiva. Ellen Burstyn se pone en los zapatos de Elizabeth, la madre de Martha y se vuelve una pieza esencial que sirve como punto de giro de los personajes centrales. Correcta como de costumbre Burstyn ejecuta sin problemas su rol para dar movilidad al guión. En este punto ya el director nos encamina hacia el proceso de muerte emocional de cada uno de los personajes. Desde un segundo plano Eva (Molly Parker) se convierte en una ficha fundamental.

Lo que parece un enfrentamiento entre Martha y Eva termina por ser un proceso de dos mujeres enfrentándose a sus propios demonios. Dos mujeres que mueren para poder levantarse. Es el camino de la protagonista el que seguimos en primer plano, pero con la omnipresencia el personaje de Eva es que aporta el vigor dramático a la historia.

Fragmentos de una Mujer es una de esas películas que se quedan con nosotros por mucho tiempo y nos regala una de las actuaciones femeninas más memorables de los últimos años.