Puntuación: 2 de 5.

El personaje de Flash nació en las tiras cómicas a final del año 1939 pero su fecha de publicación oficial se registra en enero de 1940. Con el tiempo este superhéroe se convirtió en una de las marcas más importantes de la casa DC (Detective Comics). Antes de llegar a esta Flash (2023) protagonizada por Ezra Miller y dirigida por Andy Muschietti, el personaje había tenido más vigencia en la televisión que en la gran pantalla. Entre 1990 y 1991 John Wesley Shipp interpretó a Flash en una serie de televisión y tres películas que fueron directas a vídeo. La primera aparición en el nuevo universo cinematográfico de DC llegaría en el año 2016 en la película Batman v Superman: El origen de la justicia, aún cuando son dos pequeñas intervenciones fue aquí donde se sentaron las bases para el Flash de Ezra Miller.

La nueva estrategia en el universo cinematográfico de los comics se enfoca en preparar el terreno para nuevas cosechas en un terreno nuevo. Ahora las audiencias están siendo adoctrinadas para encaminarlas por los senderos de los universos paralelos o multiversos. Realidades alternas donde los héroes y villanos son tan variados como posibilidades nazcan en las mentes de sus creadores. Vamos, que podemos tener 30 Flash y 752 Batman sin problema alguno. De este modo resulta bastante conveniente originar nuevas historias con relativa facilidad y sin ataduras. Esta Flash marca el debut en solitario del héroe escarlata en el nuevo universo de DC.

El Multiverso de Flash

La propuesta del director Andy Muschietti nos lleva precisamente a explorar el mundo de las realidades alternas y los universos paralelos. Barry Allen es el joven detrás del traje de Flash y en esta nueva aventura Barry concibe un plan para usar su súper velocidad para viajar al pasado y alterar algunos detalles que lo ayuden a cambiar su presente. El plan de Barry parece perfecto pero un pequeño detalle hace que la realidad como la conocemos se altere. Al igual que sus equivalentes Flash precisa del carisma y el magnetismo de su protagonista para poder funcionar, Ezra Miller hace un buen trabajo y demuestra que tiene la capacidad para comandar la tropa.

El guión de Flash da lo mejor en sus dos primeros actos, la historia que subyace bajo el despliegue de secuencias de acción y efectos visuales es lo suficientemente interesante como para merecer nuestra atención. Cuando el cronómetro pasa de la hora y treinta minutos la fuerza se desgasta como se debilita ese Flash cuando no puede tener su desayuno antes de ir a salvar al mundo. El tono ligero y cómico resulta efectivo y es en esos momentos que la película muestra sus mejores momentos. Cuando el guión gira para explorar el drama humano y plantear la historia de la familia truncada, el joven traumatizado y obsesionado, es cuando la película se muestra desigual.

Flash es una pieza más en un rompecabezas infinito, una película que busca abrir el camino de DC para empezar a desarrollar su multiverso y bombardear a las audiencias con más títulos en los años por venir. Entretenida por momentos pero con una duración que le pesa mucho y sin presentar en pantalla ningún momento épico que vayamos a recordad en la posteridad.