Puntuación: 5 de 5.

Parados desde la juventud la vejez siempre tiene atuendo de ocaso. Las arrugas se advierten como una premonición del final y no como los dividendos que paga la vida. Cuando los bríos comienzan a abandonar nuestras extremidades un bastón se convierte en el reposo seguro y el único compañero. Las manos que soportaron la prole de repente no tienen un hombro en el cual apoyarse mas que el de algún extraño. Con El Agente Topo (2020) la directora Maite Alberdi utiliza su natal Chile como una maqueta para reflexionar sobre la forma en que las familias modernas aíslan a sus envejecientes. Su documental es a la vez tierno y doloroso.

El guión, de la propia Alberdi, se nutre de la ficción para engrandecer la realidad. Convierte a nuestro Sergio en una especie de Sherlock Holmes añejado y torpe para mandarlo en una misión que le cambiará la vida. Nuestro héroe se infiltra en un hogar de ancianos para dar seguimiento a un objetivo sin percatarse de que el que se encuentra siendo observado es él. Bajo las órdenes de Rómulo supervisa cuidadosamente cada detalle y se va compenetrando con los residentes del hogar de ancianos en su búsqueda de las evidencias que demuestren que los cuidadores abusan de los indefensos inquilinos.

El Topo

Se necesitan personas de 80 a 90 años. Así rezaba el anuncio que trajo a Sergio hasta nosotros, incrédulo pero ilusionado llega hasta donde Rómulo para confirmar que sus ojos no lo engañaban y que en realidad era el candidato ideal para una insólita misión. La cámara no lo abandona ni por un minuto y su cara nos regala expresiones como la que hemos visto reveladas en los rostros de los más prodigiosos actores, con la diferencia de que Sergio no las ensaya ni las inventa. La fantasía lo conecta más con su realidad aun cuando él no lo percibe.

Desde la primera secuencia el tono cómico rige la narración, hay una cierta ternura que nace de la torpeza de ese Sergio que se abalanza cual James Bond a salvar el mundo. Pero entre esas líneas que retozan con el humor nos topamos con paradas bruscas que nos golpean y nos dejan aturdido por horas. Cuando el último fundido a negro nos avisa que todo ha terminado es cuando comienza el filme a surtir su efecto. Los problemas que plantea El Agente Topo son tan cercanos que todos nos podemos relacionar. El universo de Sergio, Berta, Marta, Petronila, Rubira y todos los demás se convierte en el espejo donde contemplamos nuestras vidas.

Datos objetivos no opinión.

Cerca del final Sergio le rinde un informe final a Rómulo y comienza por expresar que lo que está a punto de decir es su opinión y no datos objetivos. El discurso que le sigue a su afirmación es el dato más contundente y la verdadera esencia del filme de Alberdi. Cuando nuestro protagonista se libera y hace escuchar su voz está hablando por todos esos abuelos que se han perdido en el olvido.

El Agente Topo es un poema a la vejez y al mismo tiempo es una lanza que se nos clava en el medio del alma.

10/10