Por Pablo Mustonen.
Antes de hablar del capítulo de este primer mandamiento, es necesario contar un poco de la historia de esta producción. La idea de hacer “El Decálogo” vino de ambos cuando después de trabajar juntos en el filme “No End” (1985) deciden sumergirse en este ambicioso proyecto. El problema era cómo hacer los diez mandamientos, si como una sola película o varias. El guión resultaba demasiado extenso para el cine y los costos eran muy altos, por lo que decidieron hacer diez capítulos para televisión en forma de una mini serie, con una duración aproximada a una hora por capítulo.
Kieslowski se enamoró tanto de este proyecto que decidió dirigir él mismo los diez capítulos, contando para cada uno de ellos con un cinematógrafo diferente.
El primer capítulo es el más triste de todos y tiene una interesante trama que contaremos a continuación, por lo que si no la han visto, le puede estropear la película.
Narra la historia de un padre e hijo, el primero obsesionado con la física y las computadoras y el segundo un niño prodigio, quizás más inteligente que el padre. En una escena de este filme gracias al hijo, el padre puede ganar una partida de ajedrez a una profesional de este pasatiempo. También, al igual que el padre, es un genio de las computadoras. Un día el niño ve un perro muerto en la calle y le surge la curiosidad de saber qué es la muerte. El padre, un escéptico firme, le responde de manera científica. La hermana del padre es todo lo contrario, una creyente fiel y que decide un día que el joven debe comenzar a ir a la iglesia y conocer la fe. Éste se muestra entusiasmado.
Pocos días después, padre e hijo deciden hacer unos cálculos y mediciones en su ordenador que traerá consecuencias catastróficas, lo cual lo llevará a reaccionar con rabia contra las fuerzas naturales en las que no cree.
Interesantísimo guión del cual se puede hacer un cine fórum de interminables horas. Filme que reflexiona sobre la fe, la ciencia y el sentido de la vida. La ciencia no es exacta, y no se debe culpar a Dios por sus fallos, aunque seas no creyente. La ciencia no puede dominar al mundo.
Todas las actuaciones de este primer capítulo son brillantes, y la participación del niño es memorable. Es una de esas interpretaciones que se graban en la mente para siempre. Técnicamente es una película perfecta, con una cinematografía que muestra una Polonia que atraviesa un frío invierno, una edición que deja al espectador libre para interpretar, un guión pensado y que es digno de ser comentado una y otra vez.
Sobre el “Decálogo” Kubrick dijo en 1991 que Kieslowski y Piesiewicz tienen la rara habilidad de dramatizar sus ideas en vez de solamente hablar de ellas. A través de la acción dramática de la historia ellos alcanzan la posibilidad de permitir que el espectador descubra lo que realmente pasa en vez de lo que se está contando. Nunca ves las ideas llegar y no te das cuenta hasta el final de cuan profundo han tocado tu corazón.
Una buena manera de terminar este artículo con uno de los mejores directores del mundo comentando sobre el impacto que le causó este filme y la habilidad magnífica de este dúo.
Calificación: 10/10.
Ficha Técnica:

  • Dirección: Krzysztof Kieslowski
  • Guión: Krzysztof Kieslowski y Krzysztof Piesiewicz
  • País: Polonia
  • Año: 1989
  • Duración: 53 minutos
  • Género: Drama
  • Intérpretes: Henryk Baranowski, Wojciech Klata, Maja Komorowska.

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Escrito para la Revista CINEASTA por Pablo Mustonen.