POR: HUGO PAGÁN SOTO
Se entiende por arte, cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con fines estéticos o comunicativas y a su vez puede servir para comunicar ideas, emociones, sentimientos, etc. Partiendo de esta explicación no sería absurdo considerar el cine como un arte, podemos encontrar obras que servirían de ejemplo perfecto para soportar esta afirmación y esta «Blancanieves» es uno de ellos. Una obra con una belleza estética conmovedora que con sus imágenes nos cautiva y nos seduce hasta meternos en ese cuento mágico.
Este filme de Pablo Berger nos confirma que lo importante en una historia es su forma y como se cuenta esa historia, no importa que la tengamos aprendida o que ya nos parezca más que familiar, si el enfoque es el apropiado y el acercamiento es el correcto la historia funciona. Casi todo (para no sonar absoluto) lo que vemos en el cine, historias, personajes, técnicas, ya ha sido probado o al menos intentado. podríamos decir que lo único nuevo es el espíritu y la visión del realizador en cada obra.

Con «Blancanieves» tenemos el mejor ejemplo, una historia que se conoce medio mundo y que la hemos visto de todas las formas, o más bien casi todas, ahora a Berger se le encapricha ponernos a la indefensa Blancanieves en la España de 1920 y de manera más específica en Sevilla y convertirla en una torera, si así como lo leen, la bella doncella se enfrenta cara a cara en el ruedo con enormes bestias. Sin intención de contar nada más de la historia solo nos podemos preguntar, ¿Qué le habrá hecho la pobre Blancanieves a este Berger, para merecer tal suerte?
Sin vacilar podemos decir que lo mejor de este filme es su realización, desde su puesta en escena, el diseño de producción, dirección, edición, fotografía, musicalización, todos los elementos se conjugan para cimentar una base solida sobre la cual se levanta esta obra. De manera muy apropiada Berger se decide por entregarnos una película en blanco y negro y sin diálogos, para nosotros esta combinación juega a favor del filme y le ayuda para impregnar la fuerza que requieren sus personajes, los mismos se nos presentan con sus rasgos exagerados y con sus lineas bien definidas. La historia se reviste de un aura de cuento mágico, cuando vemos las imágenes fantaseamos nos parece estar leyendo cual niño embelesado un cuento de hadas, pero la realidad nos sacude y nos trae de vuelta a lo crudo y objetivo de nuestra historia.
La fuerza de toda historia con frecuencia depende mucho de sus personajes y en el caso de «Blancanieves» sus personajes lo son todo. Maribel Verdú es la despiadada y malvada madrastra, como todo una veterana la Verdú le da vida a su personaje su fuerza y las emociones que le impregna nos fascinan. En la cara opuesta tenemos a una formidable Macarena García como la inocente Carmen o para los fines de nuestra historia la noble «Blancanieves», Macarena logra convencernos con su interpretación aportando a su personaje un toque de ingenuidad y ternura que nos hacen anhelar su bienestar.
Con su abrumadora belleza estética y su fascinante música «Blancanieves» nos atrapa y nos hipnotiza, sus personajes por momentos nos fascinan y en ocasiones nos perturban. Un giro a una historia de hadas que nos muestra que la vida será siempre más sorprendente que la ficción.
Calificación: 8/10
Ficha Técnica:

• Dirección: Pablo Berger.
• Guión: Pablo Berger.
• Reparto: Maribel Verdú, Macarena García, Daniel Giménez Cacho.
• Género: Drama.
• Duración: 104 min.
• País: España.

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HPS