En 1977 Brasil se encontraba en plena dictadura militar. El general Ernesto Geisel encabezaba el gobierno y fue el cuarto mandatario militar desde el golpe de estado en 1964. Con este contexto político de fondo Kleber Mendonça Filho nos cuenta El Agente Secreto (2025) un intenso thriller político que gira en torno a Marcelo (Wagner Moura) un hombre que busca escapar de su pasado. Desde los ojos de ese Marcelo el director nos lleva en viaje que revive el pasado oscuro de una nación y desde la ficción nos cuenta una historia que fue la de miles de brasileños durante la dictadura.
Un Volkswagen amarillo desplazándose por un camino desolado y llegando a una estación de combustible adornada por un cadáver que yace parcialmente cubierto. El Agente Secreto nos invita al turbulento mundo de Marcelo, nuestro protagonista. Bastan unos minutos para que el director nos hipnotice con su técnica y el preciso manejo de la tensión. Esa primera secuencia es pura maestría cinematográfica y el filme solo crece a partir de ese punto. No hay un momento donde podamos parar para recuperar el aliento, la edición es brillante y el ritmo es fluido. Podemos percibir la urgencia y la tensión que vive nuestro Marcelo.
El Agente Secreto
La fotografía se convierte en un personaje más. La textura que le da al filme el uso de los lentes Panavisión nos hace imaginar el celuloide y ayuda con la ambientación estética y el diseño de producción para imaginarnos ese Brasil de 1977. El Agente Secreto late al ritmo de ese Wagner Moura que se apodera de la pantalla, desde sus afilados diálogos hasta sus agudos silencios, su Marcelo es el alma de la película. Los pintorescos personajes secundarios escoltan muy bien a Moura, los aliados y los villanos juegan roles fundamentales y nos regalan varias secuencias memorables, la estación de gasolina, la entrevista en el cine, la cena de despedida, la persecución final…No hay eslabón débil en la propuesta de Mendonça Filho.
A nivel narrativo el director rompe las líneas del tiempo para enseñarnos a ese Marcelo desde diferentes perspectivas incluso sacándolo de su época y visitando su historia de manera retrospectiva desde nuestro presente. En su esencia más pura la película es un thriller político con todas las de la ley, incluso encuentra espacio para hacer guiños muy claros a películas como Tiburón (1975) y Cinema Paradiso (1988). Pero donde realmente el director nos quiere llevar es a la crítica política y a examinar ese pasado nefasto que intenta replicarse ahora con otras tácticas.
El Agente Secreto es una obra formidable, nos atrapa con una excelente ejecución cinematográfica y con su gran capacidad de dialogar con la memoria colectiva. Tensa, entretenida y con un final impactante que, aunque los presagiamos no podemos imaginar la forma como el director nos lo entrega.



