Cuando pensamos en magia pensamos en actos imposibles, acontecimientos sorprendentes y situaciones que desefían nuestra imaginación. Entonces si extrapolamos el concepto de magia de manera literal y lo aplicamos al cine, podemos decir que las películas son actos de magia y los directores son magos que nos deslumbran con sus actos.
Todo mago necesita de una escenario para presentar sus actos en el caso de los directores la sala de cine es el escenario por excelencia, no hay comparación para la experiencia que se vive dentro de una sala de cine. En la actualidad por desgracia muchas son las razones que han llevado a las personas a alejarse un poco de los cines y prefieren ver las películas en sus casas, a esto se le suma el auge de la piratería que acapara con el anzuelo del «bajo costo» al público menos exigente.
En mi caso de cinefilo empedernido siempre que tengo la oportunidad de ver una película en pantalla grande la aprovecho al máximo, en ningún otro lugar puedo lograr la conexión con el filme como lo hago cuando estoy en una sala de cine. Hay quienes prefieren la comodidad de su sillón, o la posibilidad de darle «pausa» cada vez que se le antoje para pararse al baño o para atender el teléfono o quién sabe para qué, lo cierto es que al hacer esto estamos cortando la comunicación que debe haber entre el filme y el espectador.
Pero hoy en día hay que tener mucha suerte hasta para disfrutar una buena película en el cine gracias a la mala educación del público, los hay desde los que no se callan durante toda la película, los que les suena el teléfono hasta 3 veces y no son capaces de ponerlo en modo de silencio y hasta los que te golpean la cabeza subiendo los pies en la butaca. A veces quisiéramos ser magos para con un simple toque de la varita desaparecer semejantes personajes.
Las películas son un mundo maravilloso que son hechas para ser vividas en su hábitat natural, cuando las sacamos de ahí una parte de ellas muere. Es como sacar un pez del mar y llevarlo a una pecera, comprimimos su espacio y limitamos su capacidad para desplazarse, lo confinamos a un espacio que no es el suyo.
La próxima vez que se siente en una sala de cine (procure elegir una película que valga la pena) trate de aislarse, olvídese de su celular, de la palomita, del refresco y quédese solo en contacto con la pantalla y le aseguro que vivirá una experiencia diferente y apreciara mucho más su película.
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HPS