Puntuación: 4 de 5.

Mientras Jeffrey Manchester corre para eludir a la policía reflexiona sobre la serie de malas decisiones que lo llevaron a este punto sin retorno. Roofman (2025) de Derek Cianfrance nos cuenta la increíble historia de uno de los más pintorescos criminales que el mundo ha visto. Entre 1998 y el año 2000, Manchester cometió entre 40 y 60 robos la mayoría en restaurantes de la cadena McDonalds. Su peculiar modus operandi le valió el apodo de “Roofman”, pues siempre hacía un orificio en el techo para acceder a los locales que robaba.

Con Roofman no hace falta inventar historias rebuscadas, las peripecias de Jeffrey Manchester son la prueba irrefutable de que la realidad supera cualquier ficción. En la pantalla, Channing Tatum encarna a este hombre que se volvió leyenda no solo por su insólita forma de cometer robos, sino también por su cortesía con las víctimas y por protagonizar una de las fugas carcelarias más ingeniosas mientras cumplía una condena de 45 años. Y como si fuera poco, Manchester añadió un capítulo aún más surrealista a su vida: pasó seis meses oculto en una tienda de juguetes, al mismo tiempo que construía una nueva identidad en Carolina del Norte, asistiendo a la iglesia y comenzando una relación amorosa.

Amor y Caos

Derek Cianfrance hace lo que mejor se le da, contar una historia de amor envuelta en caos. Roofman tiene rastros de ese ADN que identifica sus películas, pensamos en Blue Valentine (2010) y en The Place Beyond the Pines (2012). En esas dos la tragedia pesa con más fuerza y no hay espacio para el humor. En esta Roofman la desgracia es también inevitable, pero se nos da con un tono relajado. Conectamos con los personajes desde el humor y aunque estamos condenados a llorar con ellos, reímos a lo largo del viaje. Channing Tatum en la piel de Jeffrey Manchester y Kristen Dunst interpretando al interés amoroso Leigh Wainscott, son los pilares del elenco y su química funciona muy bien en la pantalla.

Sin lugar a duda el encanto de Roofman es la combinación de una historia increíble con la magnética presencia de Channing Tatum. Cianfrance logra una puesta en escena efectiva y audaz. Podemos conocer todos los detalles de la vida de este criminal, pero la forma como el director narra la película mantiene un alto nivel de suspenso desde la secuencia de apertura hasta el final. Es imposible no sentir empatía por ese hombre que se equivoca una y otra vez pero que destila una nobleza casi ingenua.

Roofman combina lo absurdo con lo emotivo, la risa se mezcla con la tragedia y se convierte en más que el relato de un criminal excéntrico. Es una reflexión sobre la vida, sobre un hombre y sus malas decisiones. Un retrato sobre la necesidad de encontrar redención, de expiar los pecados y encontrar un rumbo cierto.