«Tengo miedo. Tengo miedo de volver a ver a Bárbara» (Damian)
El cine es magia. Y si en la maraña de cosas que nos llenan los ojos y que se hacen pasar por películas nos perdemos, siempre hay una oportunidad para volver a creer. Eso es precisamente lo que nos regala Carlos Vermut con su «Magical Girl», pura magia. Un rompecabezas visual que nos hace alucinar, que nos absorbe con la fuerza de un tornado y nos agita a su propio antojo. Este es el segundo largometraje de Carlos Vermut, lamentablemente no conocemos su anterior «Diamond Flash», pero aquí repite la fórmula de escribir y dirigir su trabajo. Ahora con las credenciales mostradas por el director español, nos intercepta la ansiedad por conocer aquella, su primera obra.
Mientras encontramos la forma de coincidir con el anterior trabajo de Vermut, vamos a conformarnos con «Magical Girl». Quizás tendríamos que apelar a mentes como la de Lynch o Jodorowsky, para buscar respuestas en el universo de «Magical Girl». La misión aquí es ajustarse bien el cinturón y prepararse para un viaje delirante, de giros bruscos y paradas inesperadas. La historia de un padre que busca a toda costa complacer el último deseo de su hija enferma, se cruza con la de una mujer de pasado oscuro y con la de un ex-convicto que busca reintegrarse a la sociedad. Si mezclamos esos ingredientes tendremos como resultado una historia que parece un mutante cinematográfico. La narración de Vermut avanza de esa misma manera, mutando de un género a otro, tan fácil cambia del drama al terror, como del terror a la fantasía.
Vermut marca el paso fracturando las líneas narrativas, su historia se mueve en el tiempo para llevar al espectador del presente, al pasado y de vuelta al presente. Como cuando armamos un rompecabezas, vamos buscando las piezas que encajan en cada fragmento de la imagen, quitamos y ponemos hasta encontrar la pieza ideal. «Magical Girl» es un filme que involucra al espectador en su desarrollo, se precisa que el auditorio ponga todos sus sentidos agudos y colabore poniendo las piezas en el lugar preciso.
Magical Girl es un rompecabezas visual.
Tal vez la culpable sea Bárbara, por ser la chispa que prende el fuego, o tal vez sea Luis por ser el combustible que lo alimenta, o tal vez Damian por hacer las veces de bombero inefectivo. Eso de buscar culpables es muy propio de nosotros los humanos y con una historia con la de «Magical Girl», el ambiente es más que propicio para convertirnos en jueces supremos. Pero no tenemos tiempo para eso. Los sucesos nos agarran desprevenidos y uno tras otro nos toman por sorpresa. Saltamos de esa Bárbara niña a conocer a Luis y su desafortunada hija, para en un abrir y cerrar de ojos encontrarnos con una Bárbara ya adulta, hasta llegar al enigmático Damián.
Intensa Bárbara Lennie, con su interpretación de la Bárbara de nuestra historia. Lo que logra Lennie en pantalla es magistral, su lenguaje corporal nos hipnotiza. La carga emocional del personaje de Bárbara es inmensa y no es tarea fácil llevar eso a las imágenes. Luis (Luis Bermejo) es el que nos plantea las disyuntivas morales, su personaje se aventura por las sendas de la oscuridad protegido por el escudo de «el bien mayor». Al veterano José Sacritán le toca deleitarnos con Damián, que irrumpe en la escena con un aura oscuro y le provee al director la ruta para llevar el barco a puerto seguro. El manejo de las historias de cada uno de estos personajes resulta efectivo y ayudado por una edición impecable, Vermut logra una película contundente.
10/10
Ficha Técnica:
- Dirección: Carlos Vermut.
- Guión: Carlos Vermut.
- Reparto: Bárbara Lennie, José Sacristán, Luis Bermejo.
- Género: Drama.
- Duración: 127 min.
- País: España.
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HPS