Puntuación: 4 de 5.

Cuando la intención no es recta, se busca puertas laterales y caminos de la izquierda.

(Proverbio Chino)

Para comprender Left-Handed Girl (2025) es necesario adentrarse en ciertos aspectos de la cultura china. En la tradición china, fuertemente influida por el confucianismo, la zurdera era vista como una desviación del orden y la armonía social. Lo “derecho” representaba lo correcto, noble y apropiado, mientras que lo “izquierdo” adquiría una connotación negativa. Por ello, escribir, comer o saludar con la mano izquierda se consideraba inadecuado y solía corregirse desde la infancia. La directorar Shih-Ching Tsou se alimenta de esta vieja tradición y sus propias vivencias para estructurar su historia.

En el centro de Left-Handed Girl está I-Jing (Nina Ye) una curiosa niña de cinco años que acaba de mudarse a Taipéi junto a su madre, Shu-fen (Jansel Tsai) y su hermana I-Ann (Shih-Yuan Ma). La nueva ciudad promete un segundo chance a la madre soltera y a sus dos hijas. Un puesto de comida en el atestado mercado nocturno de Taipéi se convierte en la única esperanza de un futuro mejor. Principalmente desde los ojos de esa inocente I-Jing vemos la vida de la madre que batalla contra la pobreza y la depresión. También conocemos a su hermana, una adolescente que intenta salir del nido. Desde esa primera secuencia con la niña mirando a través de un caleidoscopio y los colores se funden con esa nueva ciudad que la recibe, entendemos que estamos viendo el mundo desde su perspectiva.

La niña zurda

El tono narrativo, la puesta en escena, el uso de la cámara, todo nos acerca a un relato íntimo. Left-Handed Girl se siente casi como un documental. Con su relato de ficción la directora Shih-Ching Tsou se roba estampas de la vida misma. Las lágrimas, las risas, los problemas, las soluciones… se sienten cerca y la audiencia no tiene más remedio que empatizar. Desde los inocentes ojos de I-Jing se nos cuenta un drama desgarrador que trasciende las dificultades familiares que enfrentan nuestros protagonistas. La directora aborda temas complejos de la cultura china, desde esas obsoletas tradiciones hasta el rol de la mujer en esa sociedad que de manera sistemática la margina y la estigmatiza.

Left-Handed Girl posee la prodigiosa capacidad de elevarnos el espíritu y, al mismo tiempo, dejarnos sin aliento. Sus cambios de ritmo y los giros del guion están ejecutados con precisión, hasta desembocar en la inolvidable secuencia de la fiesta de cumpleaños, donde una revelación inesperada transforma por completo la historia. Con firmeza y delicadeza, Shih-Ching Tsou entrega un filme que trasciende el drama familiar para hablarnos de fragilidad, inocencia y resiliencia. Desde la cotidianidad, la directora expone los traumas que se heredan de generación en generación, esas heridas silenciosas que nunca terminan de cicatrizar.