Puntuación: 3 de 5.

A finales de los años 70 y gran parte de la década de los 80 fue cuando el subgénero de los slashers tuvo su mayor esplendor. De Naturaleza Violenta (2024) mira con cierto aire de nostalgia a esas películas de terror que se convirtieron en pilares del género, que inspiraron franquicias y que hasta se han convertido en objeto de culto. De manera precisa me refiero a las películas del subgénero que por lo regular tiene a un asesino asediando a un grupo de jóvenes y que los va eliminando uno por uno usando algún objeto afilado. De ahí el uso de la palabra slash (cortar en español) para referirse a este tipo de filmes.

Estoy seguro de que Chris Nash, quien dirige y escribe De Naturaleza Violenta, tiene que estar muy influenciado por películas como las de Viernes 13, Halloween, La Masacre de Texas y My Bloody Valentine, sólo por mencionar algunas de las referencias que son imposibles de obviar en esta su opera prima. Su acercamiento al género es en verdad novedoso y hasta podemos decir que hace una deconstrucción del estilo narrativo. La pausa, la expectación y la contemplación dominan por encima de los sustos esporádicos o el uso de la música estridente para arrinconar a la audiencia. De Naturaleza Violenta se convierte en ejercicio de voyerismo donde la magnífica fotografía nos hace acompaña a este monstruo que asedia a un grupo de jóvenes en un lugar remoto.  

Un Horror Diferente

El guión de Nash es el eslabón débil de la cadena. La película tiene momentos muy altos en la evolución de la historia, pero también nos topamos con segmentos muy bajos que hacen que el desarrollo resulte irregular. Sólo la excelente labor de Pierce Derks detrás de la cámara y una serie de planos secuencias nos hacen aceptar que el guión no está a la altura de lo que el filme ofrece en el campo audiovisual. La idea bajo la cual se concibe De Naturaleza Violenta resulta muy interesante, pero puede resultar retadora para los amantes de este subgénero. Los elementos clásicos están ahí, pero la forma como se ponen en escena no es la convencional, en la mayoría de los casos esto funciona muy bien, pero en ocasiones rompe con el ritmo narrativo.

De Naturaleza Violenta se aventura por un camino muy transitado, se abre un espacio en un subgénero difícil regalando algunas secuencias memorables y algunas muertes muy ingeniosas, pero nos deja con la sensación de que tenía mucho más potencial. De seguro Chris Nash no se va a ganar el favor de los fanáticos más puristas, pero si encontrará adeptos entre los que aplauden el atrevimiento de crear algo novedoso.