Por Smayle Domínguez
En este tortuoso trayecto al que hemos titulado vida, nos aferramos a muchas cosas. Aprendemos, cambiamos constantemente, para bien o para mal. Esa vida, cambia de lente en cada uno de nosotros. Se ve desde adentro, a partir de todo eso que ha sido experimentado, a través de lo “vivido”. No Juzgar (algo inusual o de diferente procedencia a la nuestra), debe ser una de las cosas más difíciles que tenemos que aprender en dicho recorrido. Hay que estar claros, crear estereotipos, señalar y etiquetar de forma superficial, es lo que más fácil se le da al ser humano.
Mediante un interesante ejercicio de observación, Blanco, opera prima del cineasta Melvin Durán, no se aleja de esta necesidad patológica que poseemos de tener clasificar todo con lo que interactuamos, pero como expresa el dicho popular “No hay que juzgar el libro por su portada”. Durán logra guiarnos a través de las vidas de 6 personajes de una manera tan íntima, que al final del documental es imposible no gozar de una gran empatía con estos albinos residentes en la elevada ciudad de Constanza, al norte del país. Dosificando al espectador de manera brillante, viajamos desde la periferia de cada una de estas historias hasta llegar a la esencia de cada uno de estos aparentes foráneos…sus tristezas, sus alegrías y la razón por la que han de levantarse a diario. Cayéndose cualquier prejuicio o valoración que hayamos hecho al iniciar cada historia.
Contada con la fluidez necesaria, gracias a la edición de Israel Cárdenas (Jean Gentil, Carmita) surge esta película de anónimos, de gente que representa la verdadera identidad del dominicano común, su valor. Gente como Ariel, cuya inocencia y humildad lo hacen pensar en grande y de una forma tan autentica que toca y nos recuerda lugares que a veces perdemos u olvidamos en el camino.
‘Blanco’, es un filme tan vasto y grandilocuente visualmente hablando, que sin el balance adecuado podría resultar molesto y pesado; sin embargo, su director sabe que el cine es un arte de imagen e inteligentemente junto a la gran dirección de fotografía de Gabriel Valencia, crean secuencias tan sublimes que no necesitan ningún aderezo. Se aprecian influencias, códigos ya conocidos pero practicados de forma independiente, personal y con un claro enfoque, lo que eleva aún más la factura de este trabajo.
Con documentales como este, fortalezco lo notorio del género en los últimos años y que cada vez más cuenta con propuestas singulares que se salen de los “parámetros” del cine documental, esos que aparentemente sólo figuran en una audiencia que no puede ver este tipo de cine más allá del reportaje alargado o la recopilación de documentos visuales. Ejercicios como este y ‘La Montaña’ exponen una visión no tan desalentadora sobre lo que depara el futuro en el cine nacional.
Innovador desde su forma de producción (Kickstarter) y ya conquistador del premio a Mejor Documental de República Dominicana en el Festival de Cine RDOC 2014, además de ser selección oficial del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Blanco se coloca entre lo mejor que ha producido la joven industria cinematográfica que poseemos. Cine que puede representarnos orgullosamente en cualquier lugar donde aterrice.
Ficha Técnica:
- Dirección: Melvin Durán
- Género: Documental
- Duración: 60 min.
- País: República Dominicana.