Por Oliver Oller
Cuando conocí hace dos años en una muestra de cine la obra del director iraní Asghar Farhadi, A propósito de Elly (2009) quedé convencido de que este señor sabía hacer cine, al transmitir una historia dramática de una forma conmovedora y hacérnoslas sentir palpable y casi real.
Ahora nos muestra su más reciente obra A Separation (2011) la cual logró ser galardonada con el premio Oscar a la mejor película extranjera del 2011, y no es por menos ya que este sorprendente film demuestra una vez más que con un buen guión y un manejo superbo de la cámara se puede presentar una muestra completamente seria y excelentemente lograda; este director ni siquiera se valió de una partitura musical para mostrarnos la historia, solo contando con su cámara, buen guión y la interpretación memorable de cada uno de los personajes principales y secundarios.
El film muestra en parte de la situación actual de los dos personajes principales Nader (Peyman Moadi) y Simin (Leila Hatami), y de los amargos percances que se presentan luego de la solicitud de divorcio hecha por la misma Simin, ya que Nader había cambiado su opinión de vivir fuera de Irán debido al padecimiento avanzado de Alzheimer que tiene su padre; esta separación lleva a Simin a vivir con su madre, pero la hija adolescente de ambos Termeh (Sarina Farhadi) decide quedarse con su padre como una manera de presionarla para regresar a casa; con esta ausencia Nader entonces no tiene de quien cuidar a su padre y de su casa, entonces contrata los servicios de Razieh (Sareh Bayat) quien está embarazada y debe de cargar también con su hija pequeña. Aquí nos encontramos de frente con la trama principal de la historia y de cómo incide la aparición de Razieh en la misma; por un acontecimiento desgarrador, los mundos de Nader y Razieh chocan entre si creando en la trama un ambiente de culpabilidad cargado también de tensión, incertidumbre y consentimiento; aquí aparece el esposo de Razieh, Hodjat (Shahab Hosseini), quien impregna la pantalla con su poder dramático, tanto como víctima y victimario; un individuo de carácter explosivo, de problemas temperamentales, sin trabajo y con grandes deudas. Podemos identificar el importante papel que juega la religión dentro de la historia y de cómo afecta en la misma toma de decisiones de algunos de los personajes. Luego de una borrascosa lucha judicial y sin intención de divulgar el final, llegamos a un conmovedor clímax del film que nos permite elegir por nosotros mismos el destino que queramos otorgarle a sus personajes, técnica utilizada por el director en su film anterior.
Farhadi definitivamente se realza aún más con esta puesta en escena y sin mucho que ofertar a nivel visual ni técnico, nos mantiene totalmente conectados a la historia; no le hace falta grandes sets, ni explosiones, ni efectos visuales, solamente de una contundente narrativa y una interpretación extraordinaria de todos sus personajes; donde podemos observar a la misma hija del director interpretar a Termeh en su primer intento como actriz, demostrando que el arte le corre por las venas como una herencia directa de su padre.
La historia, escrita por el mismo Farhadi, nos crea un efecto de incertidumbre durante todo su desarrollo, donde podemos querer y odiar a la vez a algunos de sus personajes, pero es esa manera de escribir este guión que nos deja una sensación increíble de conmoción, que nos identifica fuertemente con los personajes. La historia está perfectamente plasmada y se nos hace totalmente creíble de principio a fin.
Este es el ejemplo del buen cine, sin pretensiones ni favoritismos; recomendamos la misma con toda la seguridad de su total aceptación.
Calificación: 9/10
Ficha Técnica:
- Dirección: Asghar Farhadi.
- Guion: Asghar Farhadi.
- Reparto: Peyman Moadi, Leila Hatami, Sareh Bayat, Shahab Hosseini, Sarina Farhadi
- Género: Drama.
- Duración: 123 minutos.
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O.O.