Puntuación: 2 de 5.

La fascinación del cine con los monstruos gigantes es tan vieja como el cine mismo. Jurassic World: El Renacer (2025) es el mejor ejemplo de como la industria ha explotado al máximo este nicho. Esta es la séptima película de una saga que inició en 1993 con Jurassic Park con Steven Spielberg a la cabeza. Esa primera entrega marcó un antes y un después en el uso de efectos digitales y animatrónicos y la banda sonora de John Williams se convertiría en una de las más icónicas en la historia del cine.

El impacto que ha tenido esta franquicia ha trascendido las pantallas de cine, la cultura popular se ha empapado de estos dinosaurios que imaginó Michael Crichton en su novela de ciencia ficción y que Spielberg inmortalizó en celuloide. Series animadas, videojuegos, parques temáticos y un montón de mercadería que apela a esas legiones de fanáticos. No es sorpresa que los estudios hayan mantenido la frecuencia de lanzar un nuevo filme cada 3 ó 4 años.

El Mismo Jurassic World

Jurassic World: El Renacer nos coloca cinco años después de los eventos de la película anterior, Jurassic World Dominion (2022). Pero poco importa si ya vieron aquella o alguna de las películas de la saga, ese contexto no es relevante para digerir la historia que nos presenta el veterano guionista David Koepp (guionista de la película original). Una vez más, los frágiles humanos se enfrentan cara a cara con los imponentes dinosaurios en un duelo tan desigual como inevitable. Un inescrupuloso empresario quiere hacerse con el ADN de unas especies específicas de dinosaurios y para eso contrata los servicios de Zora Bennett (Scarlett Johansson) una especie de mercenaria de fama mundial. Por supuesto a la misión se van agregando los clásicos personajes que conforman el equipo perfecto y la misión se complica hasta más no poder.

Por dos 2 horas y 13 minutos Jurassic World: El Renacer ofrece acción sin parar. Aquí poco importa la historia o sus incongruencias, lo importante es hacer sentir a la audiencia como si estuviera en una de esas atracciones de los antes mencionados parques temáticos. Gareth Edwards se sienta en la silla del director para un trabajo que a leguas se puede ver como un encargo de los estudios. Cada secuencia parece una réplica de otra que ya vimos en una de las seis películas anteriores y cuando no es así es algún cliché que ya hemos repasado en alguna otra aventura cinematográfica. Por ahí encontramos también algunos guiños a clásicos de Spielberg como Tiburón (1975) y otros a su saga de Indiana Jones.

Más allá del espectáculo visual y las siempre efectivas secuencias de acción, Jurassic World: El Renacer ofrece muy poco en términos de novedad. Es evidente que el principal objetivo es mantener la maquinaria de la franquicia en movimiento, pero también queda la sensación de que este mundo jurásico clama por una verdadera bocanada de aire fresco. Tal vez haya que aceptar que aquí no se trata de reinventar la rueda, sino de repetir la fórmula con variaciones mínimas, y entender que esto —para bien o para mal— es lo que nos espera por los siglos de los siglos.